Escribe
Zaira Marchetto
Artes
Combinadas – UBA
alestilovangogh@hotmail.com
La
directora de Las buenas muertes,
Agustina Soler, presenta una puesta en escena que desde el principio asombra al
espectador desde el instante mismo del ingreso a sala: la obra ya está
empezada. Los actores ubicados en el escenario, comienzan la representación
antes que el público tenga oportunidad de sentarse en las butacas.
Con una
escenografía poco despojada, nos encontramos de entrada ubicados frente a un
espacio configurado por dos paneles en fuga, que ofician de decorado –son
paredes empapeladas de una vivienda-, y en su interior tenemos tres sillones
con rueditas, mesas, cuadros varios con marcos dorados y fotos antiguas, un
teléfono, lámpara de época y una planta. En una de las mesitas remedios a
borbotones.
Hay un
detalle a resaltar en lo que a objetos se refiere: hay una silla que tiene
impreso el nombre de “Alexis”, a la manera de las sillas de los directores de
cine tal y como las conocemos. Y digo detalle porque es este personaje
justamente el que teje la historia y la manipula como él quiere.De fondo,
una tela blanca de considerable tamaño utilizada para proyectar videos que
forman parte importante de la secuencia dramática, dado que resultan ser
escenas-otras de la misma. Un televisor cuya imagen el público no llega a ver
de frente, pero que se “espeja” en la proyección del fondo. Artefacto que, como
el resto de los objetos, juega un papel significativo en el universo del
sentido: desde el mismo se va tejiendo el entramado argumental de la obra, dado
que la periodista de un noticiero alerta (de forma macabra y desinteresada) a
la población respecto de una ola de asesinatos de ancianos.Progresivamente,
el eje argumental comienza a captarse: tres ancianas (Marta, Clara e Inés) que
habitan el interior de la vivienda descripta, se encuentran en riesgo de ser
muertas por un sociópata. Tres hermanas que en su juventud atentaron las unas
contra las otras, para restarse felicidad: historias de infidelidades, de hijos
no-natos, de mentiras y engaños que nos van siendo relatadas con el transcurrir
de las escenas.
Completan
el elenco un personaje burlesco llamado “Alexis”, que presenta el espectáculo
al inicio yque relata una historia paralela (que también se entrelaza con la
línea de acción principal, es decir, la de las ancianas) de un matrimonio
infeliz donde la mujer es golpeada por un marido frustrado. Historia que al fin
de cuentas se inventó el hijo, producto de esa unión, para dar rienda suelta a
un perfil perverso. Entonces, se sigue en el elenco con este hijo que es
interpretado por una actriz de pelo corto, vestida como niño (de iniciales TNT)
y con un buzo capucha del hombre araña, lo cual es un recurso que se utiliza en
varias oportunidades como parte de la trama.
Por último, dos otros dos
personajes: “Walter”, el camarógrafo, que en primera instancia sólo se dedica a
grabar situaciones que se suceden y que luego tendrá una participación mayor
más avanzada la obra; y la periodista que sólo vemos en el televisor a través
de la proyección pero que, casi al finalizar, hace su aparición en el
escenario.Como
recursos cabe mencionar, además del papel fundamental que aquí cobra lo audiovisual,
la particular utilización del espacio escénico dado que los actores suben y
bajan del escenario en repetidas oportunidades, así como también entran y salen
de la sala, aprovechando cada salida para “continuar” las escenas desde la
proyección en la tela.
Si bien
podemos decir que Las buenas muertes…
se encuentra orientada a generar un efecto cómico, es oportuno mencionar que
presenta un costado dramático donde se apela a binomios tales como niñez-vejez,
presente-pasado, vida-muerte, ilusión-realidad entre otros.Escenas
narradas desde el absurdo de la cotidianidad que, sin embargo, guarda el
remanente de lo oscuro, lo siniestro y lo no dicho, que gesta paulatinamente el
odio y el rencor que llevan al descenlace menos esperado y mortífero…
“Las Buenas Muertes O paupérrimo desenlace mortal de
las lituanas” de Gabriel
Calderón, obtuvo
el primer premio del Concurso de Dramaturgia organizado por el Instituto
Internacional de Teatro 2003. Además, recibió la mención Honorífica en el
concurso de Dramaturgia Organizado por el teatro Circular de Montevideo y la Junta Departamental
de Montevideo con motivo del 50ª aniversario del Teatro Circular. Esta obra fue
estrenada en Agosto del 2004 en el Teatro Circular de Montevideo, bajo dirección
del autor y elenco de dicha Institución.
FICHA TECNICA
Elenco
Fernando Alegre
Ana Caruso
Martín Elias Costa
Luciana Falcón
Gloria Fiol
Lina Otamendi
Carmina Roig
Composición Sonora
Manuel Elías Costa
Iluminación
Eduardo Maggiolo
Escenografia/ Vestuario
y maquillaje
Romina Grande/ Amparo
Guirao
Dramaturgia
Pehuen Gutiérrez
Dirección de Arte
Multimedia
Cecilia Almeida
Saquieres
Asistencia de Dirección
Gabriela López Leal
Dirección
Agustina Soler
LUNES a las 22 hs. en El Tinglado Teatro,
Mario Bravo 948 – TEL. 4863-1180
Esta obra cuenta con el apoyo de PRO-TEATRO
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