jueves, 30 de octubre de 2014

SEXO DE-VIL, con direcc. de Elías Miguez.

De la Mujer que, sexualmente, nada le falta.-

  Miguez y elenco nos acercan una obra que trae sin duda el asombro y un cúmulo de sensaciones a los cuerpos expectantes. Cinco actrices en escena que entregan todo y muestran mucho más...
   La pieza teatral comienza de una manera que (quizás) resulte extraña, que (quizás) no sea apta para todo público y que (quizás) a aquellas mentes más "conservadoras" y/ o tradicionales les genere algo de pudor. Y hablamos de cinco cuerpos, femeninos cuerpos, puestos casi al desnudo, cubiertos tan sólo en sus partes inferiores, vestidos con ropa interior que recuerda a bombachones de abuelas, y deliciosos zapatos de taco alto. Todas con el torso desnudo, con los senos expuestos.
   Y esto por hablar meramente del "vestuario" inicial, puesto que a tal presentación acompaña una performance, digamos, un tanto erótica, dónde la simulación orgásmica puede resultar verosimil. Sí, el sexo es una constante que atraviesa toda la obra, pero no de cualquier manera. Atraviesa desde una mostración del género "mujer" invertido por momentos, asumido en el cuerpo de un hombre que ya no dice ser un trans sino que se reconoce como mujer, y es "penetrado" como mujer, por otra mujer que uno ya no sabe si es que está representando una mujer o un hombre.
   Cuerpos deseantes que se entregan al placer de la sexuación gozosa, cuando no violenta. El vestuario se irá complejizando para introducir escenas más habladas que las primeras, donde las palabras son utilizadas para poner de manifiesto ciertas denigraciones obscenas que frecuentemente toda mujer vive en su día a día; palabras emitidas habitualmente por hombres que aquí son prodigadas por ellas mismas, mujeres.
   Hermosas mujeres con su sexualidad a cuestas, con su sexo a cuestas, mujeres que están allí para representar-nos que de dé-viles no tienen nada, y que (quizás) de dé-viles tengan mucho...
  Una escenografía que pasa el límite de lo despojado, donde el acento está puesto en esas seis corporalidades que hablan por sí mismas, que (quizás) no necesiten más elementos que su propia esencia, y algún que otro vestido que refleje "la fémine".
   Es de destacar el despliegue acrobático de varias de las actrices, aportando un toque performativo y una arista más presentacional. Se trata aquí de un elenco que, en su mayor parte, tiene una formación que excede lo teatral, y que seguramente está conformada por disciplinas circenses y danzas.
  Intentando hacer un aporte personal, me atrevo a decir que el vestuario, sobre todo los vestidos, no resultaban del todo acorde al tono general de la obra. Y en cuanto a la performance que transcurre sobre el final de la pieza, donde una de las actrices baila, sería interesante que no se recurriese a un play-back y que la actriz se arriesgue al uso de su propia voz, dado que resulta artificial que haga "como si" estuviera cantando.
   Fuera de este par de detalles, Sexo Dé-vil rompe con ciertos esquemas de la escena porteña actual, apuesta al desafío performático y temático, pone todo de sí y da que hablar a los espectadores.
Zaira Marchetto

FICHA TECNICA

Grupo Los Algo nunca fuimos Nada
Dir: Elias Miguez

Asistente Dir: Atilio Schweizer

Intérpretes
Lucía Asín, Pamela Campos, Priscila Favre, Carolina Pitetti
 Cecilia Slamecka y Miguel Patiño

Fotografía y Filmación Trailer: Paula Schweizer/ Javier Perrone.

Ilustración y Diseño de Imagen: Matías Páez

Diseño Gráfico: Juan Lillo

Diseño Audiovisual: Paula Bruzzese/ Javier Perrone.

Diseño Iluminación: Cristian Domini

Producción Ejecutiva: Hernan Stibanelli