jueves, 17 de julio de 2014

LA VIDA COMPARTIDA: "una obra que imparte la política del asombro".-

"Las revoluciones se producen en los callejones sin salida". 
Bertolt Brecht

    Entrando a la sala uno no sabe si todavía los actores están terminando de acomodar la escenografía, o sí la función ya empezó. Parece una escena cotidiana, de la vida real, pero no, no lo es, es una escena ficcional que invita al espectador a adentrarse en su universo desde que pisa el ambiente escénico. Desde un primer momento entonces, la obra nos involucra en lo "compartido". Actor y espectador están destinados a hacerse uno mismo, a partir del desarrollo argumental, de la lógica multifaz de la puesta en escena, nutrida en lo musical y coreográfico, con notas patrióticas que referencian un pasado reciente que es y no es el nuestro. 


    El público puede identificarse desde un doble ángulo, político por un lado, emotivo por el otro. 
    Retomemos nuestro punto de partida: el ingreso a sala. Allí están las dos tarimas que ubican al público al borde del espacio escénico, de manera tal que resultan envolventes respecto de la tarea actoral. Unos telones abiertos, que dejan ver ese espacio dividido en dos: en donde sucede la acción, y el "detrás de escena", donde también sucede la acción. Dos acciones y dos espacios que lúdicamente se interconectan.       Cubos de madera, lámpara de pie, sillón antiguo, un "féretro", una bandera (casi que de Argentina) y sillas apiladas completan el artificio escenográfico y objetal. 

    Así comienza la función. El público, ya sentado, puede observar tranquilamente a los actores en el "detrás de escena" que vendría a representar una cocina, lugar de encuentro habitual en la vida real, transpolado a la vida representacional. Desde el inicio nos vemos enfrentados con una dinámica actoral que pone en juego la acción física, presentando interpretaciones que dan "a viva voz" todo de sí, compenetrando al expectante espectador en aquello que va sucediendo delante (y detrás) de él. 

    Cuerpos hablantes, cuerpos desgarradores, cuerpos que lasceran con gritos de dolor, y sorprenden con escenas de humor. Notas varias que van trasladando al ánimo del observador de la congoja a la risa, de la risa a la angustia, de la angustia al asombro. Asombro sin duda magnificado por un atinado uso de los sonidos, cuando de pronto te encontrás saltando de la silla porque escuchás un tiro. Entre otros...
Un torbellino emocional que sucede en lo escénico y que apela a la transferencia afectiva.


Una historia que cuenta historias que todos nosotros, como seres históricos que somos, hemos atravesado. Héroes políticos que son convertidos en próceres en la vida misma, y que pasan a ser considerados líderes luego de su muerte. Humanos que necesitan ser conducidos y que requieren esa imago paterna que nunca fue ni será. 

    De un patriotismo que siempre intenta revolucionar, que ve la cara de la derrota y de la muerte, pero que aún así sigue queriendo revolucionar. Libertad, libertad, libertad. Jóvenes que desempeñan una capacidad oratoria tan o más impecable que cualquier político subido al palco de nuestra Plaza de Mayo. Convocados y convocantes, jóvenes hijos de un patriotismo heredado, que grita en nombre de la libertad de una Latinoamérica sufrida y sufriente. Gritos que conmueven, que interpelan a la toma de conciencia.


    Y risas, risas y más risas, en los momentos de más llanto vuelven a hacer uso de esa política del asombro: allí dónde esperás más drama, aparece lo cómico, lo absurdo, lo payasesco. Propiamente dicho, lo payasesco. 
Música y más música que genera un clima de "boliche bailable", casi que te dan ganas de levantarte a bailar con ellos. Parece una fiesta. Pero no, en el momento en que pensaste que el curso de la acción cambió y todo iba a mejorar, otra vez el drama. Alternancia entre lo cómico y lo trágico que mantiene al espectador en vilo en todo momento. Un clima que te puede hacer reír, como te puede hacer llorar, como te puede hacer reflexionar. Están pensados múltiples espectadores posibles. Sin duda, ninguno de ellos podrá aburrirse durante la función.
                                                                  
Zaira Marchetto.                            

           
FICHA TÉCNICA

DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA
Pablo Caramelo

ELENCO
Diego López
César Riveros
Luciana Serio
María Viau

DISEÑO GRÁFICO E IMAGEN
Biby Aflalo

MÚSICA ORIGINAL
Joaquín Daglio (autoría)

PRODUCCIÓN Y ASISTENCIA DE DIRECCIÓN
Nery Mucci

UTILERIA
Mauro Petrillo

COACHING DE CANTO
Ingrid Liberman

PRODUCCIÓN FOTOGRÁFICA
Tomás Serio/ Agustina Sentana

LUCES
Brian Brown

PRENSA
Paula Calo

Funciones: Viernes 23 hs.
Teatro Abasto Social Club
Yatay 666 - CABA




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