jueves, 17 de julio de 2014

GUAYAQUIL, UNA HISTORIA DE AMOR: " De la pasión por lo prohibido".-

“Antes, el Ángel de la Independencia era lo primero que se veía parado contra el cielo, a ras del aire, donde empiezan las nubes. Era el sueño más acariciado de los niños de provincia en sus tardes de calma cosquilleante“. 
Elena Poniatowska.-



















Haciendo un uso que aprovecha las posibilidades espaciales del escenario, el espectador se encuentra desde un comienzo con la división: a izquierda y a derecha se ubican idénticos elementos (dos grandes plataformas circulares y dos sillas en dirección opuesta al público). 

En la proximidad de la platea, encontramos una división más constituida por una superficie rectangular clara, con dos sillas que se disponen enfrentadas.

Con dicha configuración escenográfica, nos adentramos en la historia que, precisamente, nos habla del amor que dos hombres sienten por una misma mujer: Manuela (Ana Yovino). Dos hombres que son íconos de la cultura revolucionaria, nada más ni nada menos que San Martín (Edgardo Moreira) y Bolívar (Pablo Razuk).

Esta obra tiene la particularidad de abordar tan emblématicos seres patrióticos desde el punto de vista del amor, pero de un amor que se encuentra con la dificultad más grande: el ser prohibido. Prohibido por mandatos de la época, prohibido por trascender los límites del matrimonio, los religiosos... en fin, los límites. Una transgresión que, como todas las transgresiones, tiene un precio alto: el dolor.
Y como en toda historia donde el amor se ve impedido, no faltan las traiciones y las deslealtades. Porque no sólo estos dos hombres aman a la misma mujer, también dos mujeres (Ana Yovino y Georgina Rey) aman al mismo hombre. Pero dos mujeres que son íntimamente amigas y confidentes, lo cual propicia el terreno fértil para el despliegue de envidias, sentimientos de traición y, por ende, de venganza. Aquél que posee un secreto se sabe poseedor de un magnífico poder sobre el otro...

En Guayaquil los distintos lenguajes expresivos confluyen para reforzar la trama dramática: la configuración escenográfica, como ya se indicara previamente, los vestuarios propios de aquella época histórica de mediados de 1800, las luces que convergen en pos de la división escénica intencionada, y la música que no podía menos que ser clásica. Dos mujeres con dos vestidos casi idénticos, simbolizando su color blanco la pureza que le es propia. En lo que distan de ser idénticas es que, una de ellas (precisamente Manuela) tiene un accesorio particular: un chal rojo, que vendría a simbolizar la pasión, dado el contexto en el que se enmarca la obra.
Un escritor y periodista (Rodrigo Pagano), curioso por demás, resulta ser el hilo conductor de la historia: aparece ya en las primeras escenas tratando de indagar la causa por la cuál San Martín se rehusó a librar batalla. Este mismo personaje aparecerá nuevamente hacia el final, y en un encuentro con aquél le serán reveladas los motivos que tanto anhelaba saber. 


Hombres que libran las mismas batallas: luchan por el amor de una mujer y luchan por la libertad de su tierra. Puesta en juego de una ética belicosa que no engrendra más que sospecha y desunión, como toda situación de enfrentamiento no puede más que terminar en desastres. 
Mujeres que también libran sus batallas, por el amor, por el deseo femenino, por la libertad de sus cuerpos y de sus pasiones, por sus goces maravillosos que danzan sobre los cuerpos de los hombres, aquellos objeto de sus deseos. Y hombres que, como en toda situación en donde se pone en juego el goce femenino, son llevados a la pérdida de la lucidez propia de la obsesividad masculina.

Para decir unas palabras a modo de conclusión, Guayaquil nos acerca un tema que históricamente conocemos la mayoría de nosotros, pero que, sin embargo, le da una cuota de bella originalidad y una química corporal que desata, también, los deseos del espectador.

Zaira Marchetto






FICHA TÉCNICA

AUTOR 
MARIO DAMENT

Dirección

Manuel Iedvabni

Elenco
Ana Yovino
Edgardo Moreira
Pablo Razuk
Georgina Rey
Luis Gasloli
Rodrigo Pagano
Santiago Figueroa

Escenografía y Vestuario: Silvia Bonel
Diseño de Iluminación: Gustavo Dimas García
Asistente de Dirección: Marcelo Dadivovich
Prensa: Duche&Zarate
Producción General: Martin García

Funciones: Sábados y domingos 20 HS.

Teatro Del Pueblo - Av. Roque Saenz Peña 943

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